Después de todas estas tormentas, huracanes y demás y sí, MUCHA lluvia, he decidido escribir para retomar la relativa calma y quietud que había antes de toda esta agua y como “después de la tempestad viene la calma” reempezar todo de nuevo y con la mente limpia y despejada como queda el cielo después de una fuerte lluvia reiniciar otra vez el camino a la escuela de tiempo completo llamada VIDA bajo un aire mañanero despejado, puro y limpio (Wao, eso sonó muy al estilo de Alejo Carpentier).
Le decía hace algún tiempo a una amiga taiwanesa que la lluvia del trópico es rápida y furiosa; no como la lluvia del Sur, lenta fatal y tortuosa que dura muchas horas, días y meses seguidos.
Todo esto me hace recordar como de niña me sentaba en la galería de mi casa a ver la lluvia pasar o sentarme placenteramente a comer harina del negrito calientita mientras veía los muñequitos o en la comodidad de mi cama arropadita y en un chispazo de lucidez me viene a la mente un fragmento de las memorias de Neruda “Confieso que he vivido” que dice así:
“Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia, que mi único personaje inolvidable fue la lluvia. La gran lluvia austral que cae como una catarata del Polo, desde los cielos del Cabo de Hornos. En esta frontera, o Far West de mi patria, nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a la lluvia. Por mucho que he caminado me parece que se ha perdido ese arte de llover que se ejercía como un poder terrible y sutil en mi Araucanía natal. Llovía meses enteros, años enteros. La lluvia caía en hilos como largas agujas de vidrio que se rompían en los techos, o llegaban en olas transparentes contra las ventanas, y cada casa era una nave que difícilmente llegaba a puerto en aquel océano de invierno. Esta lluvia fría del Sur de América no tiene las rachas impulsivas de la lluvia caliente que cae como un látigo y pasa dejando el cielo azul. Por el contrario, la lluvia austral tiene paciencia y continúa, sin término, cayendo desde el cielo gris. Frente a mi casa, la calle se convirtió en un inmenso mar de lodo. A través de la lluvia veo por la ventana que una carreta se ha empantanado en medio de la calle. Un campesino, con manta de castilla negra, hostiga a los bueyes que no pueden más entre la lluvia y el barro. Por las veredas, pisando en una piedra y en otra, contra frío y lluvia, andábamos hacia el colegio. Los paraguas se los llevaba el viento. Los impermeables eran caros, los guantes no me gustaban, los zapatos se empapaban. Siempre recordaré los calcetines mojados junto al brasero y muchos zapatos echando vapor, como pequeñas locomotoras. Luego venían las inundaciones, que se llevaban las poblaciones donde vivía la gente más pobre, junto al río.” […]
Pienso en lo agradable que es que todo terminara pero también me detengo pensar en todas los pobres que viven a orillas del río malpasándola en medio del aguacero, tapando sus trastes para que no se le mojen o en una madre en su casita al borde del río abrazando a sus hijitos y rogándole a Dios porque pare de llover.
Todos aquellos que mueren por tocarle la suerte ingrata de vivir cerca de una cañada o en una zona proclive a los derrumbres y deslizamientos de tierra. Y pienso en su impotencia, en su dolor y sus necesidades y no puedo menos que pedirle a Dios por ellos, por que les de fortaleza y consuelo.
Pero no todo se trata de tenerles pena y sentir pesar por su condición. También se trata de ser más que pasivos, activos; porque una conciencia entrenada debe incitarnos a actuar y actuar se traduce en qué puede hacer uno por ellos.
Que mejor regalo que dar a aquellos que lo necesitan algo de las bendiciones que has recibido? Ropa, zapatos, medicamentos, algún traste que no uses.
Cualquier cosa en buenas condiciones será recibida con mucho agrado y aprecio.
Recuerda que el amor basado en principios es “dar sin esperar recibir nada”. Puedes darlo mediante alguna organización o institución o directamente a alguien que conozcas que haya sido afectado por las lluvias e inundaciones. El punto es “ayudar de alguna forma a aquellos que están mas necesitados”.
Intégrate o se voluntario en alguna causa que busque ayudar y erradicar problemas sociales y del medio ambiente.
Sembrar un árbol, Ayuda para los niños de la calle, Leerle un cuento a un nino con enfermedad Terminal, Salvar a los animales desamparados
El punto es AYUDAR.
Ayuda Que otros necesitan de ti!>
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