DIA
DEL MAESTRO
Por
Orly Diane Rodríguez
El 30 de junio de cada año se celebra el Día del Maestro y con éste
aprovechamos la oportunidad de felicitar y encomiar a todos los educadores que
día tras día se esmeran en compartir el ardoroso pan de la enseñanza con sus
pupilos.
Educador, maestro, profesor, profe, sin importar como le
digamos, nos referimos a aquella persona que entre deber y deseo comparte sus
conocimientos y experiencias, queriendo dejar así un legado en aquellos a
quienes enseña, sin ningún interés y con la mejor de las intenciones. También
enseñar es la tarea más difícil; educar es un privilegio de algunos que deja
huella en quienes se imparte, para toda la vida.
Maestro: Tu que vienes en diversas formas y procedes de
distintos lugares, crianzas y antecedentes, te levantas cada día dispuesto a
cumplir con la difícil tarea de de inculcar e incentivar el conocimiento, ya
sea humano o divino, te agradecemos tus sacrificio y el empeño con que ejecutas
tu ardua labor.
Cuenta una leyenda griega que por extralimitarse y sin el consentimiento de Zeus, el maestro Prometeo,
titán, protector y benefactor de los mortales entrega a los seres humanos, el
fuego. El fuego era uno de los más valiosos de los dones, capaz de crear y
destruir, es el único elemento capaz de multiplicarse el mismo. Además los
enseña a cultivar la tierra, el arte de la construcción y otras habilidades
inteligentes. Enfurecido Zeus
decide castigarlo por entregar a los
mortales conocimientos prohibidos para los hijos de la humanidad y es
encadenado en una roca por el resto de su vida, expuesto a todos los
sufrimientos posibles, Prometeo que padece un dolor más allá de todo sufrir,
dolor que es a su vez una panacea pues invencible no desmaya en la esperanza de
su liberación.
Este dolor que redime cualquier tipo de
culpa, acepta su pena y no desea que otros le padezcan sino que conserva para sí su dolor y evita a otros sus
desdichas.
Así mismo, el maestro, luchando contra
gigantescos obstáculos del diario vivir, es escudado por el ancla de la fe, el
arcoíris de la esperanza y una gran carga de amor y devoción por su trabajo que
se alzan día a día en su trayecto de peregrinaje por la vida y el arte de la
enseñanza.
Pero mantener ilusión, acompañada de esperanza es toda una tarea
titánica que sólo a veces da resultados satisfactorios; Heracles, uno de los hijos de del mismo Zeus liberó a Prometeo disparando una flecha al águila que
le comía el hígado todos los días. Prometeo obtuvo la liberación, aunque tenía
que llevar atado a él un anillo unido a un pedazo de la roca a la que fue
encadenado.
Todos cargamos ciertas rocas que, con su
peso a veces nos hace difícil sobrellevar nuestras cargas de peregrinos.
Para el educador de estos tiempos, quien
ha pasado de ser un héroe a un mártir social, ganarse la vida mediante el pan
de la enseñanza supone todo un reto en un mundo que no aprecia el valor de las
cosas sensibles inmune a la vista de las multitudes y que sólo pueden ser
percibidas con los ojos del alma.
Hoy, el mundo que no deja de girar,
decide hacer una pausa para agasajarte y dedicarte unos minutos haciéndote
saber lo importante y valioso que eres, base de cualquier conocimiento, pues
nada puede ser aprendido sin alguien que lo enseñe.
¡Gracias, Profe!